El poeta pasea por Leganés. Mira los edificios, lee los letreros, observa las caras del transeúnte. Hace memoria de la ciudad que habita, de la que habitó, el Frontelo, aquel bar de soldados, los soldados en las ventanas piropeando a tu hermana, imágenes borrosas.
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El poeta recuerda haber bebido en los caños marrones de la Fuente Honda y haber ido de niño por aquellos focos de infección que llamaban los arenales, unas pozas donde había quien se bañaba, y que estaban donde ahora mas o menos está la oficina del Inem. La discoteca Babel, el Ideal y el Desafío, cerradas todas, como tumbas respirando silencio después de tanto ruido. En cambio, el Marmey, sigue abierto.
Mirar hacia las nubes es buscar la conjetura de como será todo esto dentro de cien años, el poeta, cree, que se puede seguir las pesquisas de otras grandes ciudades de extrarradio, la dependencia laboral de la capital, por ejemplo, será cada vez menor, gracias a la informática se trabajará desde casa y la distribución se hará bajo tierra, algo parecido a los nuevos métodos de recogidas de basuras. La logística de almacenaje, desde Zara, es una antigualla, saldrá más barato saldar o fabricar de nuevo, como ocurre con las ediciones fallidas de libros en papel. El marketing será tan invasivo como luces moradas semitransparentes entrando y saliendo como una corriente por tu casa, no aceptarlas supondrá un importante gasto de más a la hora de la compra y, lo contrario, aceptarlas, importantes vales descuento. El correo vendrá en drones directamente al buzón, que estará situado en la misma ventana de tu cocina.
Ya hoy tenemos impresoras que cocinan platos. La domótica creará nuevos sistemas de vapor y antipolvo, erradicando la suciedad en su entrada y de raíz. Los productos que aún sean necesarios para la higiene - lejías y fregasuelos - entrarán por el canal público de aire acondicionado y aspersores de lluvia diluida. La eficacia en los filtros y el control del laboratorio viral evitará molestas alergias, gripes y contagios a la población y, por otro lado, bajas en las empresas y costes elevados a la salud pública, que será universal, gratuita y obligatoria.
Un sistema perfeccionado de videocámaras grabará cualquier infracción de tráfico y la multa llegará por dron o por email, los agentes ya no se jugarán la vida delante de Esperanza Aguirre. Los hechos delictivos serán tan evidentes y públicos que aceptarlos y pulsar el "estoy de acuerdo" supondrá reducciones importantes de la condena. Las cárceles serán a cielo abierto y los presos integrados entre la población, con pulseras de seguimiento y los delitos graves se detendrán de facto mediante rayos paralizantes, algo así como un disparo tässer desde el cielo antes de un par de avisos. El poeta se detiene en casa San José, pide una mahou y un bocata de orejas. Sigue manteniendo el sabor de su salsa, aunque ahora el bocata me parece más grande y el pan menos sabroso. El Betis, como siga así, volverá a segunda, pero es que el Betis es más que fútbol, el bético siempre celebra algo, cuando no un ascenso es una copa y cuando no, una derrota del Sevilla. (continuará)
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