Para cuando leas esto, leganense del mañana, ya los hechos habrán acontecido, tendrás los datos, la información, la hemeroteca, y si es posible que sobreviva un viejo blog del año catorce, la opinión de un leganense de principios de siglo y de como fue aquella crisis que marcó seriamente a varias generaciones. Tendrás viejos libros editados por rachas, con la hagiografía oficial, personajes que brillaron por la ciudad y fuera de ella, una historia gris y desconocida de quienes no salen en las crónicas, y parcelas de la historia de nuestro municipio a oscuras, como esta, épocas de paso, donde no se refleja otra cosa que la inmediatez política, la lucha a corto plazo, la mirada de los cuatro años, una ciudad que no mima la cultura, ni a sus artistas, ni a sus creadores, es una ciudad fungible, muerta, animicamente, hubo tiempos mejores e intentos de florecer, hoy la percepción de Leganés es que todo es Parquesur.
Locales cerrados, se alquila, se vende, cerrado a las doce. Todo el esfuerzo cultural de peso, no sólo en Leganés, se lo llevó el ladrillo, preciosos centros culturales, fachadas de impresión, gestores, algunos consiguieron abrir, otros, como la Central de Leganés Norte, que pena, hay que podar la hiedra para verla y los libros simbólicos de cemento del frontal, preciosos, se caen. La ciudad de la cultura de Galicia en Santiago tiene capacidad para un millón de libros, los mosaicos de Calatrava no aguantan el frío de Valencia. Los leganenses del futuro apostarán por la animación cultural y sus creadores, aprovecharán los edificios que ya son más que suficientes, habrá un interés por vuestro pasado superior al nuestro, hoy, por nuestro futuro. Incluso un conocimiento mayor, pues habrá análisis, interpretación, el acto, el desmán, los logros y las injurias. Habrá una lista de sucesivos alcaldes y equipos que desgraciadamente, como todos, ya estaremos en la fosa de los inocentes.
Quedarán placas y bustos de acero cortén, nombres de calles en los nuevos polígonos, o quizá ni siquiera te interese saber de aquellos antepasados, futuro lector de mi ciudad, habitante del gran conurbano madrileño. No quiero pensar en El Planeta de los Simios. ¿Habéis regresado al mono?.
Quedarán placas y bustos de acero cortén, nombres de calles en los nuevos polígonos, o quizá ni siquiera te interese saber de aquellos antepasados, futuro lector de mi ciudad, habitante del gran conurbano madrileño. No quiero pensar en El Planeta de los Simios. ¿Habéis regresado al mono?.
Ayer, paseando por Madrid, me crucé con un concejal de Leganés - él sabe quién es -, nos saludamos y charlamos un rato. Le comenté que estaba escribiendo sobre el Leganés de dentro de cien años y me hizo una apreciación interesante, inquietante también, no sabemos como será de aquí a diez años -me dijo-. La incertidumbre es tan grande que casi me cuesta imaginar más el corto plazo que el futuro lejano. Estamos en ese momento de tensión, en pleno cambio, acosados por el límite que impone la escasez de recursos y la lógica de la redistribución. Este tipo de épocas históricas, inseguridad, generaciones futuras estafadas en lo moral y en lo económico, suelen ser conservadoras. Un economista, Niño Becerra, dice que la democracia sólo sirve en la abundancia. Petit, tan querido de Zapatero, escribió en aquel libro sobre el Republicanismo que el obrero, el trabajador no puede ser pobre, es más, debe tener tiempo y sus necesidades cubiertas para participar en la política de su ciudad. También se llegó a hablar de la sociedad del ocio y del fin de la Historia.
Podemos anticipar que el ciudadano de Leganés del 2114, participará en las decisiones a tiempo real y en conjunción con los plenos, como un espectro de luz, ¿el don de la ubicuidad, cuerpo y presencia?. Se dice de aquel sabio contemporáneo de Jesucristo, Apolonio de Tiana, que en medio de un juicio amenzó con irse y que desapareció de pronto, delante de todos. Después de aquello le respetaron todos los emperadores romanos. La informática y las realidades virtuales transformarán la democracia, el político delegará responsabilidad en su población en la toma de decisiones, y los cálculos de posibilidad de los programas, aplicarán razonamientos y expondrán visiones virtuales de las consecuencias en las opciones barajadas. Subir o no el i.v.a por ejemplo. Se podrá analizar de antemano las consecuencias de un programa político aplicado con márgenes de error y con líneas laterales por acontecimientos inesperados. La irracionalidad y el azar, como el caos, lo es, porque se sale del cálculo racional.
Podemos anticipar que el ciudadano de Leganés del 2114, participará en las decisiones a tiempo real y en conjunción con los plenos, como un espectro de luz, ¿el don de la ubicuidad, cuerpo y presencia?. Se dice de aquel sabio contemporáneo de Jesucristo, Apolonio de Tiana, que en medio de un juicio amenzó con irse y que desapareció de pronto, delante de todos. Después de aquello le respetaron todos los emperadores romanos. La informática y las realidades virtuales transformarán la democracia, el político delegará responsabilidad en su población en la toma de decisiones, y los cálculos de posibilidad de los programas, aplicarán razonamientos y expondrán visiones virtuales de las consecuencias en las opciones barajadas. Subir o no el i.v.a por ejemplo. Se podrá analizar de antemano las consecuencias de un programa político aplicado con márgenes de error y con líneas laterales por acontecimientos inesperados. La irracionalidad y el azar, como el caos, lo es, porque se sale del cálculo racional.
La vieja pretensión de la ciencia es interpretar matemáticamente el mundo, pero no se puede hacer un balón de fútbol sólo con pentágonos, la trampa geométrica del artesano de la Alhambra, que encaja la geometría de los azulejos en el último pespunte . creando, por tanto, un balón con hexágonos - ha dado mucho juego a la interpretación última del Universo, allí donde falta la clave de bóveda para el dominio último de la materia, el agujero justo para la hebilla del cinturón. (continuará)
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